sábado, 7 de noviembre de 2015

IMPORTANCIA DEL DIAGNOSTICO MICROBIOLOGICO EN ULCERAS CORNEALES. 

                                     Lcda. Yolimar Gamez                                                       Residente de segundo año.           
                                                 
Los trastornos oculares son motivo constante de consultas a nivel oftalmológico.Un papel importante en afecciones de este órgano lo juegan los microorganismos, tales como bacterias y hongos. Entre las patologías infecciosas encontramos: blefaritis, conjuntivitis, endoftalmitis, queratitis y ulceras corneales.(1)

Cuando los microorganismos se sitúan en la superficie del epitelio corneal pueden causar la queratitis la cual se describe: como la inflamación de la porción anterior y transparente del ojo, denominada cornea.La queratitis infecciosa es una condición de morbilidad visual común y prevenible. Algunos casos tienen un inicio rápido e inflamación estrómal progresiva. La gravedad de la infección depende de la condición del paciente y el microorganismo patógeno involucrado en la afección de la córnea. Si no se trata, por lo general conduce a la destrucción de capas de la córnea como el epitelio, seguidamente el estroma o la extensión de los tejidos adyacentes. Esto trae como consecuencia la formación de úlceras cornéales. Estas se definen como “la infección de la córnea caracterizada por la presencia de una ulceración blanca, compuesta de infiltrados epiteliales o estromales asociados con signos de infección como inflamación periquerática, disminución de la agudeza visual, fotofobia y blefarospasmo” (1)

La úlcera de córnea, después de la catarata, es la etiología más importante de ceguera e invalidez visual en todo el mundo,particularmente en países en vías de desarrollo como Asia, África, y el Medio Oriente. El patrón epidemiológico, etiología y factores predisponentes varían en diferentes partes del mundo e incluso de una región a otra dentro del mismo país. Los estudios han informado de casos de queratitis microbiana por lo menos 11/100000 personas/año en los EE.UU. hasta un máximo de 799/100000 personas/año en algunos países en desarrollo.(2)

En Venezuela, son pocas las publicaciones acerca de ulceras corneales de etiología bacteriana, sin embargo en el año 2002; Terán demostró que Staphylococcus aureus constituía el 25% de aislados en ulceras cornéales de pacientes que acudieron al servicio de oftalmología del servicio autónomo del Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM). (3)
Las úlceras a menudo están provocadas por invasión directa y precedida de traumatismo. Típicamente son blancas o amarillentas, como resultado del infiltrado purulento. Pueden producir hipopión, que no es más, que la acumulación de leucocitos y perforación corneal, especialmente si el tratamiento no es el adecuado.(4)

Esta patología cuando es debida a microorganismos tiende a ser de evolución tórpida y puede llegar a extenderse a lo largo de la superficie ocular. Si bien algunas úlceras cornéales bacterianas presentan ciertas características clínicas distintivas, el tratamiento no debe fundamentarse en la impresión clínica.(4)

Una amplia variedad de agentes patógenos pueden estar involucrados en las úlceras cornéales. La prevalencia de un organismo depende de la localización geográfica, factores climáticos y factores de riesgo para la infección. Los microorganismos productores de ulceración corneal suelen afectar al ojo con factores de riesgo previos (lente de contacto, traumatismos, enfermedad corneal subyacente, alteraciones palpebrales, uso de corticoesteroides tópico e inmunosupresión). Las úlceras cornéales por bacterias representan entre el 65 y el 90% de estas infecciones; mientras que los hongos representan generalmente el 15%. (5)

Los principales microorganismos causantes de infecciones oculares a nivel corneal son bacterias como: Staphylococcus aureus, y Pseudomonas aeruginosa seguido de Staphylococcus epidermidis, Streptococcus pneumoniae, y con menor frecuencia, Enterobacterias como: Serratia spp, Proteus spp y Klebsiella spp.; hongos entre los que destacan: Fusarium spp., Aspergillus spp y Candida albicans; virus como el Herpes simple y Acanthamoeba spp., el cual es un parásito(5)

Dentro de las bacterias, el género Pseudomonas está constituido por un gran grupo de especies ubicuas que en su mayoría se comportan como oportunistas,sin embargo,Pseudomonas aeruginosaes uno de los microorganismos con mayor patogenicidad cuando afecta al ser humano y suele ser grave y difícil de tratar debido a la resistencia que posee hacia varios antibióticos. Es invasora, toxígena, y se ha convertido en un patógeno significativo en etiologías a nivel de estructura corneal como la queratitis infecciosa de tipo inflamatorio con formación de ulceras en la córnea tanto periféricas como centrales. (6)La infección de la córnea por la misma conduce a una lesión inmunoinflamatoria severa, a menudo causando deterioro de la visión y ceguera. (6)
Estas infecciones oculares de la córnea, causadas por Pseudomonas aeruginosa, progresan rápidamente con considerables consecuencias deletéreas. Entre éstas, la necrosis coagulativa rodeada por edema epitelial inflamatorio y puede culminar en la destrucción del tejido estromal y pérdida visual. Además de la producción de hipopión, llegando a la perforación de la córnea.(6)
Por su parte, Staphylococcus aureus es un coco Gram positivo, anaerobio facultativo, que debido a la producción de diversas enzimas y toxinas provoca una gran respuesta inmunológica, ocasionando daño a nivel celular, siendo responsable de un gran número de casos de ulceración corneal.(7)
El diagnóstico microbiológico juega un papel importante, pues es necesario una buena identificación de los gérmenes implicados en la ulceración corneal, así como la realización de pruebas de susceptibilidad, que ayuden al clínico al tratamiento eficaz de esta patología corneal y por ende a la rápida recuperación de los pacientes afectados.(7)

Antes de la toma de muestra el médico oftalmólogo debe considerar los datos clínicos –epidemiológicos de los individuos afectados. Luego se obtiene la muestra por medio de un raspado corneal con espátula de kimura, previa aplicación de anestesia. Una vez obtenidas se realizan extensiones en lámina porta objetos para hacer coloración de Gram, y con un nuevo raspado debe ser inoculada la muestra en medios y caldos enriquecidos para la recuperación de los diferentes agentes bacterianos. Son transportadas a temperatura ambiente. Posteriormente, se incuban a 35°C en condiciones de microaerofilia hasta 72 horas, haciendo revisiones cada 24 horas para detectar crecimiento bacteriano. Se debe dar importancia al crecimiento de escasas colonias de algún patógeno. Estos hallazgos deben correlacionarse con el examen directo de la coloración de Gram.(8) 

Una vez que se detecte la presencia de colonias bacterianas con morfología sugestiva de las bacterias en estudio, se procede a su identificación.Por último se realizan las pruebas de susceptibilidad antibacterianas a cada agente aislado (cepa fresca 18- 24 h), según lo  recomendado por el manual M-100 del   Clinical and LaboratoryStandardsInstitute(CLSI) 2015. (9)

Lo expuesto con anterioridad, más el hecho de que la terapéutica a emplear dependerá del agente causal implicado en el proceso infeccioso(10), reflejan el papel importante que juega el diagnóstico microbiológico en ulceración a nivel corneal. En el tratamiento de las infecciones oculares es fundamental establecer prontamente dicho diagnóstico debido a que las manifestaciones clínicas a menudo son inespecíficas. A esto hay que añadir que debe obtenerse lo más pronto posible porque los tejidos oculares son muy vulnerables a la respuesta inflamatoria y su lesión conduce a la pérdida irreversible de agudeza visual, con la alteración funcional que esto conlleva. 

Un desafío importante en el abordaje de estas infecciones es el pequeño volumen de muestra que puede obtenerse con frecuencia mediante raspados o punciones oculares y la baja o moderada sensibilidad de los cultivos de los exudados oculares. Estos inconvenientes conducen a menudo a iniciar un tratamiento empírico en la práctica clínica y obligan a una buena comunicación entre el clínico y el laboratorio formando un gran equipo, para una adecuada elección de medios de cultivo que permitan lograr recuperar el microorganismo implicado en la afección, establecer el adecuado tratamiento y por consiguiente la pronta recuperación del paciente.



BIBLIOGRAFIA

1. Do Nascimento G, Da Silva R, Freitas M, Barbosa S. RevSocBraOftal .2011; 74(1):15-25.

2.Cibils D., Laspina F, Samudio M, Alborno RM, Fariña N, Sanabria R. Las úlceras de córnea de origen bacteriano en la cátedra de oftalmología periodo 1988- 2003. ArchClinExpOphthalmol. 2004; 25(3):25-27.

3. Terán G. Ulceras corneales en la Región Centro Occidental: un problema de salud pública. Revoftalmol Venez.2002; 58 (3):2-6.

4. De la Torre A, Núñez A, Blanco C. Guías de manejo de la queratitis infecciosas bacteriana. 2ª ed. Barcelona   : Médica del valle; 2003.

5. Do Nascimento G, Da Silva R, Freitas M, Barbosa S. RevSocBraOftal .2011; 74(1):15-25.

6. Osalind S, Lutz Wiehlmann , Kevin E, Preston J, Frimmersdorf E, Campbell B , y cols. La caracterizaciongenetica indica que una sub poblacion especifica de Pseudomonas aeruginosa se asocia con queratitis infecciosa . JClinMicrobiol. 2011; 49(3):993-1003.

7.Susuky,T.Un nuevo objetivo para el Staphylococcus aureus asociado con queratitis. ophthal. 2011; 30(2):34-40.

8. Velasco J., Araque M., Araujo E., Longa A., Nieves B., Ramírez A., y cols. Manual práctico de bacteriología clínica. 1ª ed. Venezuela. Editorial Venezolana C.A. 2008.

9.Clinical and Laboratory Stándards Institute (CLSI). M100-S23. Performans Standards for antimicrobial susceptibility testing; Twenty –third informational supplement. 2015.


 10. Abdullah M. Bacterial Keratitis: Perspective on Epidemiology, Clinico-Pathogenesis, Diagnosis and Treatment.  SultanQaboosUnivMed J. 2009; 9(2):184–195.