miércoles, 26 de febrero de 2020

Resistencia de Neisseria gonorrhoeae a Ceftriaxona. Una situación emergente.
Lcda. María Quintero
Residente de 2do año
Especialidad en Bacteriología Clínica-Hospital Vargas de Caracas

Las bacterias del género Neisseria generalmente son diplococos Gram negativos con morfología semejante a un grano de café, inmóviles, no forman esporas, con un diámetro comprendido entre 0,6 y 1 µm(1,2,3). Son aerobios o anaerobios facultativos, oxidasa positiva y la mayoría producen la enzima catalasa(4,5).
La especie Neisseria gonorrhoeae oxida sólo la glucosa, lo cual es una característica bioquímica que permite distinguirla de las especies saprófitas(4,5). En cuanto a las características de crecimiento, éste microorganismo tiene requerimientos complejos. Necesita cisteína y una fuente de energía (p. ej., glucosa, piruvato, lactato). Así mismo, los medios de cultivo deben ser complementados con aminoácidos, purinas, pirimidinas y vitaminas, adicionalmente se añade almidón soluble con el fin de neutralizar el efecto tóxico de los ácidos grasos(1,3,6).
Crece lentamente en medios enriquecidos como agar Sangre y agar Chocolate, en medios selectivos como Thayer-Martin, Martin-Lewis y New-York City. En los medios selectivos se adiciona un suplemento antibiótico (Vancomicina, Colistina y Nistatina) para inhibir la microbiota habitual del individuo. Además, requiere un pH igual a 7,4, una temperatura óptima de crecimiento entre 35ºC +/-2ºC y una atmósfera complementada con dióxido de carbono (CO2) de 5-10%(1,3,6).
N. gonorrhoeae también llamado gonococo, es el agente causal de la gonorrea, considerada una de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) más frecuentes en el ámbito mundial(7-10). Representa la segunda ITS notificada en EE.UU. (las infecciones por Chlamydia ocupan el primer lugar), las tasas de infección son iguales en hombres y en mujeres, y la incidencia máxima se registra en el grupo de edades comprendidas entre 15 y 24 años(8-10). La infección es transmitida por contacto sexual o vía perinatal y afecta primariamente las células del epitelio columnar de la uretra, cérvix, con menor frecuencia la superficie mucosa de garganta, recto y conjuntiva(11,12).
Los gonococos se adhieren a las células mucosas, penetran en las células y se multiplican, y posteriormente pasan a través de ellas al espacio subepitelial, donde se produce la infección. Los pili, las proteínas PorB y Opa intervienen en la fijación y la penetración en las células del hospedador, el Lipooligosacárido (LOS) gonocócico estimula la respuesta inflamatoria y la liberación del factor de necrosis tumoral α (TNFα), que es el responsable de la mayoría de los síntomas que se asocian a la enfermedad gonocócica(13,14).
La inmunoglobulina G (IgG) es el principal anticuerpo que se forma como respuesta a la infección gonocócica. Aunque la respuesta humoral frente a PorB es mínima, se detectan con facilidad anticuerpos séricos frente a la pilina, la proteína Opa y LOS. Los anticuerpos frente a esta última molécula pueden activar el complemento, liberando el componente C5a del mismo, el cual ejerce un efecto quimioatrayente sobre los neutrófilos. Sin embargo, los anticuerpos IgG e IgA secretora dirigidos contra la proteína Rmp pueden inhibir esta respuesta humoral bactericida(13,14).
El principal reservorio de gonococos son las personas con infección asintomática, el estado de portador asintomático es más frecuente en la mujer (hasta un 50%), mientras que la mayoría de los hombres están inicialmente sintomáticos(8-10). La localización de la infección condiciona el estado de portador, siendo las infecciones rectales y faríngeas más frecuentemente asintomáticas que las infecciones genitales(8-12).
La manifestación más común de la gonorrea es la uretritis, siendo la uretritis gonocócica caracterizada por diversos síntomas que se presentan de dos a siete días después de contraer la infección con descarga uretral de material purulento o mucopurulento, presentar una coloración blanquecina o amarillenta con disuria y prurito uretral(11,13). La secreción uretral se presenta de modo continuo durante el día y puede estar presente en una cantidad abundante o escasa(11,13). La uretritis gonocócica puede producir estenosis uretral, epididimitis y prostatitis aguda o crónica(11-13).
El diagnóstico y tratamiento precoz de la gonorrea es esencial para evitar sus complicaciones y secuelas, así como, para interrumpir la cadena de transmisión(14,15). Sin embargo, el tratamiento ha sufrido continuos cambios debido a la capacidad de N. gonorrhoeae de desarrollar mecanismos de resistencia a los antibióticos (p. ej., la habilidad de obtener el ADN de otras bacterias e incorporarlo a su genoma [transformación] y también desarrollar resistencia a través de la adquisición de plásmidos a partir de otras bacterias [conjugación])(7,11,14,16).
Los antibióticos tales como sulfonamidas, penicilinas, tetraciclinas, macrólidos y fluoroquinolonas son actualmente poco recomendables por la alta prevalencia de cepas gonocócicas resistentes(8,9,16). Las sulfonamidas se introdujeron en el año 1936 y la resistencia a estos fármacos fue descrita en 1940(17,18). Posteriormente, se determinó resistencia a las penicilinas y tetraciclinas en 1980(16,17). Respecto a los macrólidos y azólidos, se han documentado fracasos terapéuticos con azitromicina y un incremento progresivo de la resistencia a eritromicina(19,20), y en el año 2007 el tratamiento con fluoroquinolonas dejó de estar recomendado(21).
El Proyecto de vigilancia de aislamiento gonocócico (GISP) fue establecido en 1986 para monitorear la susceptibilidad a los antibióticos empleados en cepas de N. gonorrhoeae e informar las pautas de tratamiento, es una colaboración entre el Centro de Control de Enfermedades (CDC), los sitios clínicos y los laboratorios regionales, aunque GISP está dirigido a la vigilancia de cepas gonocócicas en hombres, el GISP mejorado (eGISP) se creó en el año 2015 para fortalecer la vigilancia de la susceptibilidad a la gonorrea y aumentar la capacidad estatal y local para detectar y monitorear gonococos en mujeres y desde sitios extragenitales. Para apoyar la vigilancia internacional de la resistencia gonocócica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fundó el Programa de Vigilancia Antimicrobiana Gonocócica (GASP) en 1990, actualmente cuenta con países participantes de África, América, el Mediterráneo Oriental, Europa, el Sudeste Asiático y Pacífico occidental(22).
En el año 2012, la línea de antibióticos recomendados en la mayoría de los países para el tratamiento de la gonorrea eran cefalosporinas de tercera generación, concretamente cefixima (de administración oral) o ceftriaxona (de administración intramuscular)(7,8). Sin embargo, desde el 2009 al 2014, 77 países han informado al GASP, 66% de aislamientos con resistencia y/o disminución de la susceptibilidad de N. gonorrhoeae a cefixima y, con menos frecuencia, a ceftriaxona(7,23). En consecuencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el año 2016 las recomendaciones globales para el tratamiento, administrando en conjunto ceftriaxona y azitromicina(24).
La primera falla del tratamiento con ceftriaxona fue anunciada en Japón en el año 2010 por una trabajadora sexual. La cepa de gonococo que se aisló se le denominó H041, fue resistente a varios antibióticos, incluyendo todos los betalactámicos (con excepción de carbapenems, como ertapenem y meropenem e inhibidores como piperacillin-tazobactam, por no tener puntos de cortes establecidos), fluoroquinolonas, macrólidos y tetraciclina. La Concentración Mínima Inhibitoria (CMI) de todas las cefalosporinas, incluyendo la primera línea de tratamiento recomendada fue muy alta (2-4 µg/mL de Ceftriaxona y 8 µg/mL de Cefixima)(26).
La caracterización epidemiológica molecular de H041 fue asignada como MLST ST7363, los mecanismos de resistencia revelados fueron un único alelo de mosaico penA, que codifican hasta 12 alteraciones de aminoácidos PBP2, mutaciones de mtrR en el promotor (frecuentemente una deleción A única en la secuencia de repetición invertida de 13 pb) o en la secuencia codificante (generalmente una alteración de aminoácidos G45D), porB1b (alteraciones en los codones de aminoácidos G120 y A121D) y ponA (alteración en L421P), se denominó “super bacteria” derivado de la palabra en inglés “superbug”, debido al alto nivel de resistencia a cefixima, penicilina y levofloxacina(25).
Subsecuentemente a la descripción de “superbug”, se describieron casos de fracasos terapéuticos con ceftriaxona en Suecia, Eslovenia, Francia y España para el año 2012. La cepa francesa es considerada la segunda “superbug” y denominada, F89, mostrando resistencia a cefixima, azitromicina, ciprofloxacina, tetraciclina y penicilinas(26).
Formas resistentes a múltiples fármacos (MDR) y extremadamente resistente (XDR) de MAL se han identificado a nivel mundial. La OMS define MDR- NG como aislamientos con susceptibilidad reducida o resistencia a cefalosporinas de espectro extendido (ESC) o espectinomicina (es decir, antibióticos de categoría I), más 2 o más de macrólidos, fluoroquinolonas, penicilinas, tetraciclina, aminoglucósidos y carbapenems ( es decir, antibióticos de categoría II). 20 XDR- NG se definen como aislados con disminución de la susceptibilidad o resistencia a los antibióticos de categoría I y 3 o más antibióticos de categoría II. 
En América, los casos de infecciones por N. gonorrhoeae resistente a ceftriaxona se notificaron en el año 2007. Desde entonces y hasta octubre de 2017, Brasil, Argentina, Puerto Rico, los Estados Unidos y Canadá identificaron cepas de N. gonorrhoeae resistentes a cefalosporinas de tercera generación(8).
En Venezuela, se han realizado investigaciones con el fin de obtener datos sobre el incremento de la resistencia de N. gonorrhoeae a los antibióticos empleados para el tratamiento de la infección. Entre los años 2002-2003 las cefalosporinas (cefepime, cefoxitin y ceftriaxona) fueron evaluadas en cepas de N. gonorrhoeae aisladas de pacientes del Hospital Universitario “Dr. Manuel Núñez Tovar” del estado Monagas, dichas cefalosporinas presentaron una alta sensibilidad antibiótica(27). Posteriormente, en un estudio realizado en Cumaná, estado Sucre, entre los años 2008-2009, la ceftriaxona obtuvo una sensibilidad antibiótica del 100 %(28).
Sin embargo, actualmente en Venezuela no se han realizado investigaciones sobre la distribución y frecuencia de cepas de N. gonorrhoeae causantes de uretritis gonocócica, así como, de los patrones de susceptibilidad antibiótica importantes en la evaluación de cepas con mecanismos de resistencia a los antibióticos empleados(29).
La vigilancia continua de la actividad de N. gonorrhoeae a los antibióticos utilizados como primera línea de elección, (según el manual CLSI M100-S29 que indica que la ceftriaxona es la única cefalosporina parenteral incluida dentro del grupo A)(30), constituye una de las principales actividades de los laboratorios bacteriológicos. El monitoreo de la resistencia a los gonococos, permitirá conocer la situación de cepas resistentes y establecer criterios para definir los casos de falla terapéutica alertando en forma temprana cambios acerca del perfil de resistencia de las cepas circulantes y realizar modificaciones en los tratamientos empíricos para controlar la infección.

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