sábado, 4 de septiembre de 2021

 

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Hospital Vargas de Caracas

Postgrado de Bacteriología Clínica

Asignatura: Bacteriología clínica II

 

Keilyn H Suarez I

Residente 2do año Postgrado de Bacteriología clínica

Agosto; 2021

 

ANÁLISIS MOLECULAR DE AISLADOS DEL COMPLEJO Mycobacterium abscessus EMPLEANDO LA TÉCNICA MIRU-VNTR EN BROTES DE PIEL Y TEJIDOS BLANDOS POSTERIOR A TRATAMIENTOS COSMÉTICOS EN VENEZUELA

 

En el ámbito mundial la salud tiende a adquirir mayor relevancia, motivado en gran parte por el avance vertiginoso de la ciencia y sus aplicaciones, así como el acelerado desarrollo de las tecnologías, permitiendo que emerjan nuevos adelantos científicos que juegan un importante papel en los ámbitos político, económico, social, cultural y sobre todo médico, logrando innovar los sistemas, productos, procesos, bienes y servicios, en especial tecnología médica entre otros.

Por consiguiente, una de las preocupaciones más importante para el ser humano es el cuidado de su organismo y calidad de vida, por lo que el medio social forma al individuo y lo hace apto para desarrollarse en sus capacidades logrando reproducirse, renovarse, consolidarse hasta lograr desarrollar su ciclo de vida; para ello se deberá buscar nuevas alternativas para la prevención y protección de la salud.

En este sentido la Organización Mundial de la Salud, expresa que “la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS., 2016). En síntesis, la OMS se refiere a la salud como una condición del hombre que abarca su estado físico, mental y social para ayudar a mantener el equilibrio del individuo; en el que influyen diferentes factores que intervienen en la calidad de vida.

Pero existen diversas patologías que pueden afectar el estado de salud afectando la calidad de vida, tal es el caso de las microbacterias no tuberculosas MNT mediadas por múltiples factores y condiciones como el complejo Mycobacterium abscessus (MABC) distribuido de forma amplia en la naturaleza, siendo el ambiente el reservorio más importante y la fuente principal de infección para el hombre (Molina et al., 2018).

Las infecciones causadas por las Complejo M. abscessus (MABC) se han vuelto un problema de salud pública a nivel mundial, siendo una de las especies clínicamente más relevantes entre las micobacterias no tuberculosas (MNT), conocido como patógeno humano oportunista cuya incidencia ha aumentado durante los últimos años (Llerena et al., 2017).

Este patógeno fue aislado por primera vez en 1952, considerada como una nueva especie de MNT sometida a cambios de nomenclatura varias veces. (Lopeman et al., 2019). En 1972 fue designado como M. Chelonae subespecie abscessus, pero en 1992 gracias a la hibridación del ADN, fue reconocido como una especie independiente (Lee et al, 2015; Lopeman et al., 2019).

Luego en 2006, dos nuevas especies M. massiliense y M. bolletii fueron descritas siendo estrechamente relacionadas con M. abscessus basadas en la secuencia del gen rpoB (Tortoli et al., 2016). Sin embargo, dado que los tres tienen más del 70% de relación (basado en la hibridación ADN-ADN), M. massiliense, M. bolletii y M. abscessus se presentaron como subespecies y las combinaciones de las tres subespecies se conocieron como complejo de M. abscessus (MABC) (Tortoli et al., 2016).

Son bacilos ácido-resistentes (BAAR, denominación dada por la reacción a la tinción de Zielh-Neelsen), aerobios obligados, inmóviles, no esporulados, crecen en un rango de temperatura que oscila entre 28 y 35°C, no producen pigmentos de acuerdo con la clasificación de Runyon (Ramírez et al., 2017).

 

 

 

 

En referencia a la patogenicidad y virulencia se caracteriza por poseer genes de virulencia que codifican enzimas lisosomales proteolíticas que intervienen en varias rutas de síntesis de lípidos, proteínas de la superficie celular, proteínas reguladoras y proteínas de los sistemas de transducción de señales. Otro grupo de relevancia son los genes implicados en la supervivencia micobacteriana dentro del microambiente agresivo de los macrófagos del huésped, además de otorgarles la capacidad para sobrevivir en ausencia de nutrientes, crecer en un margen amplio de temperaturas, formar biopelículas, resistir a la acción de los desinfectantes clorados y al glutaraldehído, haciendo que la exposición sea extremadamente común (Somoskovi., 2014; Halstrom et al., 2015; Loret & Dumoutier., 2019).

No hay evidencia sustancial de transmisión de persona a persona o transmisión directa de animales, pero los casos de infección que ocurren en el mismo lugar sugieren una fuente común (Bryant et al., 2013; Howard., 2013; Somoskovi., 2014). Inicialmente infecciones por el complejo M. abscessus fueron reconocidas en pacientes inmunocomprometidos, mostrando mayor afinidad por el aparato respiratorio, causando infecciones pulmonares. (Molina et al., 2018).

Si bien estos datos continúan siendo inciertos al tratarse de enfermedades que no son de declaración obligatoria, por lo tanto, no se dispone actualmente de datos precisos, sin embargo, en los últimos años se ha observado una reducción de las micobacteriosis en pacientes infectados por VIH, respecto a las nuevas manifestaciones en individuos con inmunosupresión iatrogénica subyacente (trasplantados, cáncer, enfermedades crónicas pulmonares, entre otras) (Tortoli et al., 2016).

Por otra parte, es oportuno destacar la frecuencia de aislamientos del complejo M. abscessus, reportado en pacientes inmunocompetentes en relación con procedimientos quirúrgicos o estéticos (mesoterapias, acupuntura, tatuajes, liposucción, implantes mamarios, uso de quemadores de grasa como L-Carnitina, uso de catéteres intravenosos, entre otros). (Rivera-Olivero et al., 2006; Alcaide et al., 2010). Las infecciones cutáneas y de tejidos blandos presentan patologías variables que pueden incluir abscesos subcutáneos piógenos con una reacción inflamatoria aguda, nódulos eritematosos violáceos, dermatitis, celulitis, foliculitis, úlceras y reacción inflamatoria crónica con formación de fístulas. Es característico de estas infecciones el inicio tardío de la sintomatología, entre 2 a 14 semanas, posterior al antecedente de inoculación (Wu et al., 2016). Esto amerita mayor atención y estado de alerta por parte de los profesionales de la salud, siendo necesario conocer a estos agentes patógenos para así generar un diagnóstico certero a partir de una sospecha clínica fundamentada e iniciar la terapia con las recomendaciones oportunas. (García et al., 2010).

El complejo M. abscessus posee un arsenal genético que le permite potenciar su capacidad de supervivencia, adaptación, patogenicidad y resistencia a los antibióticos. Las actualizaciones diagnósticas sugieren que el cultivo en medio Löwenstein-Jensen es obligatorio en todos los casos para el diagnóstico además del análisis exhaustivo de frotis directo de la muestra o colonia utilizando las tinciones convencionales como Ziehl-Neelsen (Cortes et al., 2010).

Sin embargo, en los últimos años, ha habido considerables avances sobre las bases moleculares estableciendo a los métodos moleculares como el estándar de oro para la identificación (Jones et al., 2019), además de la necesidad de identificar correctamente cada microorganismo aislado y realizar los estudios a las especies que constituyen el blanco ideal para estudios biológicos y clínicos, así como de evolución genética en MNT (Dayaldasani et al., 2016; Cabello-Vílchez & Núñez-Ato., 2018).

La tipificación molecular es una poderosa herramienta de salud pública para el estudio de la epidemiología de las enfermedades y la evaluación en relación con una cepa y su dinámica de transmisión. En el entorno hospitalario, es invaluable para la investigación de brotes o pseudo-brotes y pueden proporcionar asistencia tanto para el manejo clínico como para la distinción de recaídas desde el punto de vista infeccioso. (Rubio., 2019).

Los métodos comúnmente utilizados son la electroforesis en gel de campo pulsado PFGE (por sus siglas en ingles Pulsed-field gel electrophoresis), la secuenciación multilocus y los métodos basados en secuencias de minisatélites VNTR (por sus siglas en ingles Number of Tandem Repeats que significan número variable de repeticiones tándem) (Somoskovi., 2014). Hasta la fecha, no se ha establecido una técnica de tipificación molecular totalmente satisfactoria para el complejo M. abscessus, solo se ha empleado la tipificación de VNTR en la toma de huellas moleculares del complejo.

Sin embargo, el ensayo VNTR puede llenar este vacío, por poseer un buen poder discriminatorio, requerir PCR estándar, instalaciones de electroforesis en gel y poder expresar los resultados en una secuencia numérica que representa el número de repeticiones en cada locus haciendo que el VNTR sea fácil de exportar y lograr la construcción de bases de datos globales asequibles y disponibles. Todo esto con el objetivo común de hacer un llamado para la implementación de estrictos protocolos de higiene y desinfección en los procedimientos cosméticos utilizados en Venezuela y en el mundo.

Por otra parte, las actualizaciones terapéuticas sugieren que se requieren pruebas antimicrobianas in vitro, mientras que las guías del Instituto de Laboratorio Clínicos y estándares CLSI  (por sus siglas en ingles Clinical and Laboratory Standards Institute) recomiendan el método de concentración mínima inhibitoria (CMI) utilizando un panel de 10 antimicrobianos: amikacina, cefoxitina, claritromicina, ciprofloxacina, doxiciclina, imipenem, linezolid, moxifloxacina, trimetoprima-sulfametoxazol y tobramicina. Además de una incubación de 14 días para descartar resistencia inducible para macrólidos (Somoskovi, 2014Jones et al., 2019). (Koh et al., 2014).

El modelo de belleza o figura ideal impuesto por la sociedad ha ocasionado que cada día aumente el número de personas que se someten a procedimientos quirúrgicos o estéticos (mesoterapias, acupuntura, tatuajes, liposucción, implantes mamarios, uso de quemadores de grasa como L-Carnitina, uso de catéteres intravenosos, entre otros) de manera descontrolada en los últimos años, ya que la practica principalmente de personal no cualificado.

Al investigar la fuente de infección se han encontrado que ninguno de los productos evaluados posee permiso sanitario. Además, la gran mayoría no poseen número de lote y/o fecha de elaboración y vencimiento, lo que subraya el deficiente control sanitario de estas sustancias. Por otro lado, el aislamiento del complejo M. abscessus de productos usados en pacientes que han formado parte de varios brotes entre los años (2018-2021) en diversos Estados del país (Distrito capital, Miranda, Aragua, La Guaira, Zulia) hace sospechar que dichos productos fueron la fuente de infección en esos brotes.

 

Finalmente, La relación se podrá confirmar mediante técnicas de tipiaje molecular a través del método MIRU-VNTR (Mycobacterial Interspersed Repetitive Units - Variable Number of Tandem Repeats), el cual consiste en la genotipificación basada en números variables de repeticiones en tándem (VNTRs) de diferentes clases de elementos genéticos intercalados llamados unidades repetitivas intercaladas micobacterianas (MIRUs), siendo número de repeticiones existentes en un determinado locus se utiliza para determinar el alelo de un locus, el resultado se expresara en una secuencia numérica que representa el número de repeticiones en cada locus haciendo que el MIRU-VNTR sea fácilmente exportable permitiendo la construcción de bases de datos globales además de ser capaz de encontrar agrupaciones de cepas de complejo M. abscessus sin ninguna conexión epidemiológica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

 

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Choi H., Kim S.-Y., Kim D. H., Huh H. J., Ki C.-S., Lee N. Y., et al.  (2017). Características clínicas y resultados del tratamiento de pacientes con enfermedad pulmonar por Mycobacterium abscessus adquirida resistente a los macrólidos. Antimicrob. Agentes Chemother. 61 (10), 1–10. 10.1128/AAC.01146-17 [ Artículo gratuito dePMC] [PubMed] [CrossRef] [ GoogleScholar]

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Caracterización fenotípica de la resistencia antimicrobiana y detección de biopelículas en cepas de Pseudomonas aeruginosa aisladas en el Hospital Vargas de Caracas-Venezuela.

 

Autor: Bacteriólogo Mairim B Camacaro E.

 

 

Pseudomonas aeruginosa ocupa un lugar preponderante en la lista de microorganismos con más responsabilidad en infecciones intrahospitalarias según la sociedad americana de enfermedades infecciosas; es una bacteria con gran capacidad de multirresistencia y de versatilidad metabólica que le permite una excelente adaptación en ambientes hostiles entre los que destaca la producción de biofilm, acarreando un aumento de la morbimortalidad, sumado al diagnóstico erróneo por el desconocimiento de sus patrones fenotípicos de resistencia que repercute en una mala interpretación de los antibiogramas por el método de difusión en disco.

Es un bacilo gramnegativo, no fermentador, que no forma parte de la microbiota normal del ser humano, pero puede encontrarse como colonizante de las zonas corporales húmedas (axilas, conducto auditivo, región perianal y mucosas). Es uno de los principales patógenos que causan infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS), afectando particularmente a pacientes inmunocomprometidos (pacientes con dispositivos invasivos, post-quirúrgicos, hemato-oncológicos, neutropénicos, con quemaduras graves, etc.) (1).

Describiéndolo como un microorganismo altamente versátil, capaz de tolerar condiciones bajas de oxígeno. Puede sobrevivir con bajos niveles de nutrientes y crecer en rangos de temperatura de 4 a 42°C. Estas características le permiten adherirse, sobrevivir en equipos médicos y en otras superficies hospitalarias (2).

Se le considera la quinta causa más frecuente en las infecciones en general a nivel mundial, la segunda causa de neumonía intrahospitalaria, la tercera causa de infecciones urinarias, el cuarto agente causal de infecciones de sitio quirúrgico y el séptimo responsable de sepsis (3).

La patogénesis de la infección causada por P. aeruginosa ocurre en tres etapas: La primera es la adhesión bacteriana y colonización, la segunda etapa es invasión local, y por último la diseminación e infección sistémica. Tras el establecimiento de la infección, secreta exotoxinas del tipo A y S juntamente con enzimas hidrolíticas, compuestos que al entrar en contacto con los tejidos degradan las membranas celulares y las destruyen progresivamente con el objetivo de facilitar su diseminación, la invasión tisular y la necrosis (1).

La infección comienza con alguna alteración de los mecanismos de defensa del huésped; esto puede involucrar la disrupción en la integridad de barreras físicas como catéteres urinarios, catéteres intravenosos, quemaduras extensas de piel o tubos endotraqueales que facilitan la colonización bacteriana (4).

Dicho microorganismo posee una elevada resistencia natural a una gran variedad de antimicrobianos, además de una extraordinaria habilidad de adquirir y sintetizar nuevos mecanismos de resistencias. Entre los factores que intervienen, en el mecanismo de resistencia natural de P. aeruginosa, se encuentran la escasa permeabilidad de la membrana externa, la presencia de bombas de expulsión, la modificación del sitio de unión al antibiótico, la modificación de rutas metabólicas internas y la producción de enzimas como las betalactamasas de espectro extendido, serinocarbapenemasas y metalobetalactamasas (5).

Asimismo; tiene la propiedad de subsistir en superficies inertes y producir biopelículas. Esta característica permite su supervivencia en ambientes propios del ambiente clínico, creciendo en medios de cultivo habituales, pues sus requerimientos nutritivos son pocos (6). Las biopelículas dan lugar a coinfecciones crónicas y más resistentes, debido posiblemente a una competición y selección de bacterias resistentes en dicho microambiente. Por ejemplo, los organismos regulan al alza la síntesis de β-lactamasa en respuesta a la exposición a antibióticos, y estas enzimas pueden acumularse en la matriz de la biopelícula, desactivando los antibióticos en las capas superficiales del biofilms, antes de que puedan difundirse en el sustrato (7). 

      En base a la creciente y acelerada resistencia a antimicrobianos por parte de P. aeruginosa; se crean criterios estándares para definir los fenotipos de resistencia con base en una lista de antibióticos comunes y en el uso de las mismas metodologías y puntos de corte, establecidos por consenso entre los países de América Latina que permita describir perfiles de resistencia adquiridos de importancia en salud pública y promover su notificación y monitorización; por la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia a los Antibióticos (ReLAVRA) coordinada por la Organización Panamericana de la Salud.

     Describiéndose a continuación las tres categorías generales, denominadas multirresistencia; MDR: el aislamiento bacteriano es resistente al menos a tres de los grupos de antibióticos; XDR: el aislamiento bacteriano es resistente a todos los grupos de antibióticos excepto a uno o dos de ellos; PDR: el aislamiento bacteriano es resistente a todos los antibióticos (8).

Los mecanismos intrínsecos de resistencia de esta bacteria explican gran parte de la resistencia cruzada a diferentes clases de antibióticos. Son ejemplos, las alteraciones de las proteínas fijadoras de penicilina (PBP), mutación de porinas, mutación de ADN-girasas, bombas de expulsión activa y enzimas β-lactamasas. Por su parte, la resistencia antimicrobiana adquirida, constituye el mayor desafío para el tratamiento de este microorganismo, especialmente cuando se presenta con resistencia simultánea a varias familias de antimicrobianos (2). Un evento de transferencia de genes puede explicar la aparición de fenotipos de resistencia a múltiples antibióticos, gracias a la adquisición de plásmidos que codifican para diversos genes de resistencia (3).

La resistencia bacteriana es un problema de salud pública cada día más trascendental y con alto impacto en los centros hospitalarios (9). Debido a la alta concentración bacteriana y al uso constante de antibióticos, el ambiente hospitalario se convierte un lugar propicio para el surgimiento de la resistencia, tomando en cuenta factores de riesgo de los pacientes hospitalizados, como inmunosupresión, neutropenia y las patologías que cursan con deterioro del sistema inmunológico como cáncer, desnutrición y diabetes (4).

Por otra parte, la resistencia a diversos antibióticos y sustancias con actividad antimicrobiana ha sido asociada con la formación de biopelículas o biofilms, comunidades de microorganismos incluidos en una matriz extracelular que crecen adheridos a una superficie, siendo así menos susceptibles al tratamiento con antimicrobianos, lo que dificulta aún más la erradicación de estas bacterias (10).

        En este sentido, se presenta la necesidad de una revisión y análisis de los

patrones fenotípicos de resistencia en P. aeruginosa los cuales son un problema

mundial a nivel hospitalario que llevan a fracasos terapéuticos al no ser reportados

oportunamente, generándose cepas multi, extremo y pandrogorresistentes (11). Y, además, la caracterización de las cepas como productoras o no de biopelículas, lo cual es necesario para un mejor abordaje terapéutico que incluya antimicrobianos y estrategias orientadas a la eliminación de biofilms en los pacientes  infectados por P. aeruginosa detectados en el centro de salud, si se hace una adecuada identificación del género y la especie bacteriana, y se selecciona un correcto perfil de antibióticos en el antibiograma, es posible inferir a partir del mismo, los mecanismos de resistencia subyacentes en un aislamiento particular. Lo anterior permitirá predecir cuales antibióticos serían los apropiados, optimizando el tratamiento antimicrobiano (4). Que permita realmente erradicar las infecciones, evitando las fallas terapéuticas por tratamientos ineficientes que afectan directamente la salud del paciente, comprometen su vida, y favorecen la propagación y persistencia de estas cepas resistentes a nivel intrahospitalario.

 

 

 

 

 

 

 

Referencias bibliográficas

 

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3.- Paz, V., Mangwani, S., Martínez, A., Álvarez, D., Solano, S. y Vázquez, R. (2019).  Pseudomonas aeruginosa: patogenicidad y resistencia antimicrobiana en la infección urinaria.  México: Revista Chilena Infectologia, 36(2), 180-189.

4.- Gómez, C., Leal Castro, A., Pérez, M. y Navarrete, M. (2005). Mecanismos de resistencia en Pseudomonas aeruginosa: entendiendo a un peligroso enemigo. Colombia: Revista Facultad Medicina Universidad Nacional, 53(1).

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6.- Arango, J. (2014). Perfil epidemiológico, clínico, fenotípico y genético de Pseudomonas aeruginosa en la Fundación Hospital de la Misericordia durante los años 2013-2014. [Tesis de Especialista en Pediatría, Universidad Nacional De Colombia].

7.- Maurice, N., Bedi, B. y Sadikot, R. (2018). Pseudomonas aeruginosa Biofilms: Host Response and Clinical Implications in Lung Infections. Atlanta: American Journal Respiratory Cell and Molecular Biology, 58(4), 428–439.

 

8.- Pearson, M.  Galas, M.  Corso, A. Hormazábal, J. Duarte, C.  Salgado, N.   Ramón-Pardo, P y  Melano, R. (2019). Consenso latinoamericano para definir, categorizar y notificar patógenos multirresistentes, con resistencia extendida o panresistentes. Revista Panamericana Salud Publica. 43(65).Consenso latinoamericano para definir, categorizar y notificar patógenos multirresistentes, con resistencia extendida o panresistentesConsenso latinoamericano para definir, categorizar y notificar patógenos multirresistentes, con resistencia extendida o panresistentes

Consenso latinoamericano para definir, categorizar y notificar patógenos multirresistentes, con resistencia extendida o panresistentes

 

9.- Castillo, J., Ribas, R., Osorio, L. y Aparicio, G. (2006). Cepas de Pseudomonas aeruginosa de origen hospitalario multirresistentes a 21 antibióticos. México: Bioquimia, 31(2), 41-48.  

 

10.-  Bravo, L. (2018). Resistencia antibiótica en Pseudomonas aeruginosa: situación epidemiológica en España y alternativas de tratamiento. Trabajo fin de grado. Universidad Complutense España.

 

11.- Bolaños, C. y Iannacone, J. (2016). Patrones fenotípicos de resistencia en Pseudomonas aeruginosa de muestras clínicas a nivel de Sudamérica. Perú:  Cátedra Villarreal, 4(1), 73-100.

 

 

Infecciones Asociadas a la Atención de Salud en Unidades Críticas del Hospital Vargas de Caracas.

Autora: Res. 2° Año Liseth Valecillos

 

Las infecciones Asociadas a la Atención en Salud (IAAS), son los eventos más importantes que comúnmente se presentan en los servicios sanitarios, en donde los profesionales de la salud se encuentran en relación directa y continua con pacientes y sus diferentes patologías, esto ocurre durante la atención médica que brindan a los pacientes por medio de la preparación, la valoración física, la aplicación de fármacos, los procedimientos invasivos, curaciones de heridas, lo que incrementa el riesgo de exposición a contraerlas (Chávez,2016). Por tanto, las IAAS son un indicador de la calidad de los servicios prestados, ya que la eficiencia de un hospital no solo se mide por los índices de mortalidad y aprovechamiento del recurso cama, sino también se toma en cuenta el índice de IAAS (Álvarez, 2004).

            En el 2016, el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) define las infecciones asociadas a la atención de salud (IAAS) o infecciones intrahospitalarias, como aquellas producidas por bacterias, virus y hongos,que son contraídas o no estaban incubando en el momento de la atención sanitaria, puede afectar a pacientes de cualquier tipo de entorno que reciben atención médica, ambulatoria u hospitalización, y pueden aparecer después del alta. Así mismo, incluye a las infecciones ocupacionales del personal sanitario.

            Según encuestas realizadas en la Unión Europea de prevalencia de IAAS y datos de los programas de seguimiento de la bacteriemia hospitalaria de varios países europeos, se estima que estas infecciones afectan, en promedio, a 1 de cada 20 pacientes hospitalizados, lo que corresponde a un total anual de 4,1 millones de pacientes; de estos, se estima que unos 37.000 pacientes fallecen cada año (Comisión de las Comunidades Europeas, 2008).

           

Por su parte, en la Región de las Américas, los datos de Canadá indican que se contraen unas 220.000 infecciones hospitalarias anuales, que dan lugar a 8.000 muertes relacionadas con esa causa. Por otro lado, en América Latina, a pesar de que la infección hospitalaria es una causa importante de morbilidad y mortalidad, se desconoce la carga de enfermedad producida por estas infecciones. Los datos de que se dispone son de trabajos puntuales, que reflejan situaciones específicas de los servicios de salud o, en el mejor de los casos, de algunos países. La experiencia en esta Región muestra que en algunos países hay muy buena vigilancia de IAAS en los servicios de salud, pero no hay datos nacionales; otros tienen datos de los servicios de salud y datos nacionales; y otros no realizan vigilancia estructurada de las IAAS en los servicios de salud ni en el nivel nacional. Esta diversidad de la información no permite evaluar el impacto de las acciones en la Región (OPS, 2010).

En el caso particular de Venezuela, en el 2005 el Ministerio del Poder Popular para la Salud realizó la “I Encuesta Nacional de Epidemiología del Paciente Hospitalizado” en la que participaron 164 hospitales de la red pública y privada de salud en 22 estados del país. En dicha encuesta se detectaron 4149 casos sospechosos de IAAS, resaltando una tasa de prevalencia de IAAS de 5,62 x 100 pacientes egresados, con la mayor prevalencia en UCI; siendo las infecciones respiratorias las más frecuentes, afectando en un 27,72% a niños y niñas menores de 5 años de edad y en un 29,06% a personas de 50 años y más (MPPS, 2016).

Asimismo, diferentes estudios demuestran que, dentro de las distintas áreas hospitalarias, son las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), y salas quirúrgicas las que por lo general, presentan mayor tasa de prevalencia en cuanto a las IAAS; ya que estos pacientes requieren ventilación mecánica asistida, catéteres vasculares centrales, catéteres urinarios permanentes y presentan heridas operatorias. Es un fenómeno que aparece de forma natural con el tiempo, sin embargo, se ve acelerado por el mal uso y abuso de los antibióticos.

Además, las infecciones intrahospitalarias facilitan la generación selectiva de microorganismos multidrogorresistentes. Por lo tanto, una de las grandes complicaciones de las IAAS, se presentan cuando son causadas por bacterias multidrogorresistentes (MDR), esta problemática reside en la rápida transmisión de los diferentes mecanismos de adquisición de resistencia y en el establecimiento de reservorios de estos microorganismos en hospitales u otros centros sanitarios y en la comunidad, que conllevaría a la aparición de importantes brotes epidémicos (Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, 2016).

La prevalencia de estos microorganismos y sus resistencias han sido estudiadas en diferentes países, por ejemplo la Unión Europea determinó en un estudio de prevalencia puntual, queEscherichia coli es el microorganismo más frecuentemente asociado a infecciones intrahospitalarias, seguido de Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Estafilococos coagulasa-negativos, Klebsiella spp., Candida spp., Enterobacter spp., Acinetobacter spp., entre otros (Zard et al, 2012).

Por su parte, en Estados Unidos Sievert et al. (2013). reportaron como el microorganismo más frecuentemente aislado a Staphylococcus aureus, seguido de Escherichia coli, Estafilococos coagulasa-negativos, Klebsiella (pneumoniae/oxytoca), Pseudomonas aeruginosa, Enterococcus faecalis, Candida albicans, Enterococcus faecium, Acinetobacter baumannii complex, entre otros.Así mismo en un estudio realizado por Flores et al.  en México en unidades médicas de segundo nivel, el microorganismo más frecuentemente aislado fue la Escherichia coli, seguido del grupo de los Estafilococos coagulasa-negativos, y la Pseudomonas aeruginosa.

En el Hospital Vargas de Caracas en un estudio realizado por Nieto (2018) se evaluaron 9417 pacientes para detección de IAAS y presencia de MMR, se encontró una frecuencia 3,44 % de IAAS, donde el mayor porcentaje de aparición (29%) estuvo en la unidad de terapia intensiva. El perfil de resistencia, observado durante el estudio, en las enterobacterias a las cefalosporinas de 3era generación y las sulfonamidas fue mayor al 50%, mientras que la resistencia a los carbapenémicos estuvo alrededor del 20%. Para Pseudomonas aeruginosa la resistencia a cefalosporinas de tercera generación fue mayor al 30%, a las fluoroquinolonas fue mayor al 40%, a los carbapenémicos fue del 60%. Para Acinetobacter los porcentajes de resistencia para los antibióticos ensayados, estuvieron por encima del 60%.

En este sentido, el factor más importante en la propagación de patógenos nosocomiales es la contaminación de las manos del personal (transmisión por contacto), unido al compromiso inmunológico de los pacientes que son sometidos a diversos procedimientos diagnósticos y terapéuticos, lo que los hace blanco fácil de agentes infecciosos; sobre todo cuando no se realizan buenas prácticas clínicas. Por ello para el control de IAAS, es importante que el personal de salud reciba una formación continuada para actualizarse sobre las distintas medidas de prevención de IAAS (OMS,2003).

Por estas razones, la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que las IAAS son un problema serio y, en consecuencia, en 2004 aprobó la creación de la “Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente” a fin de coordinar, difundir y promover mejoras en seguridad del paciente en todo el mundo. No obstante, el tema de la seguridad del paciente plantea una contradicción: los servicios sanitarios luchan permanentemente por proteger a sus pacientes ayudándoles a recobrar su salud y “no hacer daño,” sin embargo la complejidad de las enfermedades y la fragilidad del comportamiento humano muchas veces se traducen en errores o eventos adversos. La gran mayoría de las IAAS son prevenibles mediante el conocimiento, por parte de los trabajadores de salud, de los mecanismos de transmisión de estas enfermedades y del fiel cumplimiento de las medidas de control establecidas para tal fin, como lavarse las manos, aplicar técnicas adecuadas de instalación y mantenimiento de métodos invasivos, seguimiento del protocolo de atención perioperatoria, así como limpieza y desinfección en área hospitalaria, uso racional de antibióticos, entre muchas otras intervenciones.

De ahí surge la importancia del buen funcionamiento de los programas de prevención y control de Infecciones Asociadas en Atención de Salud, dado que es fundamental para la prevención de infecciones, así mismo se previenen las apariciones de microorganismos MDR que afectan a los pacientes que ingresan a las unidades por largos periodos. Además, prevenir las IAAS es un compromiso que deben llevar a cabolos profesionales sanitarios, así como las instituciones que prestan los servicios de salud.

Es así como cada país cuenta con su propio sistema de vigilancia de infecciones asociadas a la atención de salud conformado por programas, protocolos, guías y manuales, todos los países coinciden en poseer normativa respecto a la sanidad de las instituciones de salud, esterilización, la bioseguridad y el manejo de residuos sanitarios, así como las características de las instalaciones que prestan los servicios. En este sentido, los protocolos de IAAS de cada país varían en la estructura del programa, pero el objetivo es el mismo, también depende de los antecedentes y el historial que tiene cada país ante estas situaciones, cuyas adaptaciones han implementado a sus protocolos.

Es por ello que este estudio representa un beneficio para las áreas críticas del Hospital Vargas de Caracas  a través de medidas de prevención que logren disminuir la incidencia de las IAAS en estos espacios,  reduciendo considerablemente la morbimortalidad, los costos relacionados con la atención de pacientes, rehabilitando la salud de los mismos en menor tiempo, regresando más rápidamente a sus labores cotidianas y disminuyendo el colapso de los servicios a nivel de las instituciones prestadoras de servicios de salud, así como el personal de salud, especialmente quienes laboran en las unidades de cuidados intensivos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Álvarez Lerma, F. (2004). Vigilancia de la infección nosocomial en pacientes críticos. Programa ENVIN. REMI.

Chávez Dávila, D.N. (2016).Conocimientos y prácticas de medidas de bioseguridad frente a riesgos biológicos en enfermeras(os) de emergencias del Hospital Carlos Lanfranco La Hoz[Tesis de Postgrado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos Lima-Perú].

https://core.ac.uk/download/pdf/323343209.pdf

Comisión de las Comunidades Europeas. (2008).Comunicación de la comisión al Parlamento Europeo y al Consejo sobre la seguridad de los pacientes, en particular la prevención y lucha contra las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria. Resumen dela evaluación de impacto, Bruselas.SEC (2008) 3005.

http://ec.europa.eu/health/ph_systems/docs/patient_com2008_es.pdf.

Ministerio del Poder Popular para la Salud. (2016). Manual de normas del sistema de vigilancia epidemiológica de infecciones asociadas a la atención en salud. Caracas.

Nieto Mendoza, J. (2018).Perfil bacteriológico de las infecciones asociadas a la atención en salud en el Hospital Vargas de Caracas. [Trabajo Especial de Investigación de la Especialidad en Bacteriología Clínica]. Unidad de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital Vargas de Caracas.

Organización Mundial de la Salud. (2003). Prevención de las Infecciones Nosocomiales. Guía práctica. © WorldHealthOrganization. 2° edición.

Organización Panamericana de la Salud. (2010). Vigilancia epidemiológica de las infecciones asociadas a la atención en salud. Módulo I.

Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). (2016). Protocolo general de vigilancia y control de microorganismos multirresistentes o de especial relevancia clínico-epidemiológica (Protocolo-MMR). Madrid.

Sievert, D.M., Ricks, P., Edwards, J.R., Schneider, A., Patel, J., Srinivasan, A. y cols. (2013). Antimicrobial-resistant pathogens associated with healthcare-associated infections. The National Healthcare Safety Network at the Centers for Disease Control and Prevention. 34 (1), 3-14.

Zaragoza, R., Ramírez, P. y López, M. (2014) Infección nosocomial en la unidad de cuidados intensivos.Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 32(5):320–327.