PORTADORES NASAL DE Staphylococcus aureus RESISTENTE A METICILINA
EN EL PERSONAL DE SALUD.
Lcda. Jennifer J. Camacho A.
Residente de segundo año.
La resistencia a los antimicrobianos es un problema de salud pública
importante, que ha llegado a un punto crítico en muchos hospitales de todo el
mundo. Las cepas de Staphylococcus aureus
resistente a meticilina (SARM) son de los agentes patógenos más importantes
como causa de infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS)(1).
La colonización de la mucosa nasal humana por este microorganismo establece
un estado de portador, los cuales tienen un papel significativo en la
transmisión del mismo. Particularmente en los hospitales, la trasmisión de la
bacteria del personal de salud al paciente y viceversa es determinante en la
génesis de infecciones por cepas de S.
aureus, ya que la colonización nasal de trabajadores de la salud
normalmente precede a IAAS por esta bacteria(1,2).
Entre la población adulta sana, 20% de los individuos son portadores
persistentes de S. aureus, 60% son
portadores intermitentes y 20% no son portadores, según Figueroa y col. en un
estudio que realizaron en manipuladores de alimentos. Los mecanismos que
explican la existencia de estos patrones aún no se encuentran dilucidados del
todo; sin embargo, se sugiere que podrían estar influenciados, tanto por
factores del hospedero, como del microorganismo. Entre los factores del
hospedero parece ser relevante el número y naturaleza de los receptores nasales
necesarios para la adherencia de la bacteria, la respuesta inmune que se activa
y la presencia de componentes solubles antiestafilococos en las secreciones
nasales. Respecto al microorganismo, se propone la expresión de ciertos tipos
de adhesinas, cápsula o la capacidad de formar biopelículas como factores que
influyen en la colonización (3).
Según el manual de Bergey, S.
aureus pertenece al orden Bacillales,
familia Staphylococcaceae y género Staphylococcus, formado por cocos Gram
positivos de 0,5 a 1,5μm de diámetro, que se presentan aislados, en pares,
tétradas, en grupos irregulares o racimos. Son bacterias catalasa positivas,
inmóviles, resistentes a bacitracina, oxidasa negativas y la mayoría de las
especies que la forman son anaerobias facultativas, no esporuladas y cápsula
variable.S. aureus se distingue por
ser coagulasa positiva, DNasa positiva, Voges-Proskauer positiva, manitol
salado positivo y resistente a polimixina B (4,5).
Este microorganismo posee una gran capacidad para sobrevivir en un medio
adverso y puede producir diversos cuadros clínicos por la acción de sus
determinantes de patogenicidad, entre los que se encuentran: cápsula mucoide-polisacárida,
componentes antigénicos de las paredes, producción de enzimas (catalasa,
coagulasa, hialuronidasa, estafiloquinasa, lipasas, β-lactamasa, entre otras) y
la secreción de diversas toxinas como hemolisina, leucocidina, exfoliatina,
exotoxina epidermolítica, enterotoxina estafilocócica y/o la toxina del shock
tóxico (TSST-1) (6,7,8).
También ha demostrado un gran poder de adaptación a los agentes
antimicrobianos, adquiriendo paso a paso resistencia a los antibióticos
disponibles para el tratamiento de las infecciones que ocasiona. Aunque
inicialmente era sensible a penicilina, la resistencia de S. aureus a este antimicrobiano fue detectada poco después de su aparición
en la década de 1940. Se ha definido SARM, como aquellas cepas resistentes a la
meticilina, oxacilina y nafcilina, estas cepas también pueden ser resistentes a
otros agentes antimicrobianos, como la clindamicina, y los aminoglucósidos(9,10).
Las cepas de SARM se empezaron a observar un año después de la
introducción de la meticilina como agente antimicrobiano para el tratamiento de
infecciones causadas por dicho microorganismo. En las últimas cuatro décadas,
los SARM han sido considerados como patógenos emergentes causantes de IAAS y
comunitarias, y han constituido, conjuntamente con la resistencia a vancomicina
(VA), uno de los retos terapéuticos y de control de infección más importantes
de los últimos años (11).
En el 2004 se describieron, al menos, tres mecanismos de resistencia de
SARM hacia agentes betalactámicos: la modificación de las proteínas fijadora de
penicilina (PBP2a), la cual es conocida como resistencia intrínseca a
meticilina; la inactivación por medio de enzimas betalactamasas o resistencia
extrínseca; y el fenómeno de tolerancia. El soporte genético de estos mecanismos
puede ser cromosómico, plasmídico o por transposones. La resistencia
cromosómica aparece por mutación, mientras que los plásmidos y los transposones
pueden ser autotransferibles entre bacterias (12,13).
El mecanismo más importante de resistencia a meticilina es la expresión
alterada de la PBP2a. Esta proteína es codificada por el gen mecA, el cual está
contenido en un ADN adquirido exógenamente, por transferencia horizontal. Dicho
ADN contiene el gen mecA en un elemento genético móvil o “casette” de resistencia,
el cual se inserta en el ADN cromosómico de una cepa sensible a meticilina (SASM),
es decir, reside dentro de una isla genómica, un elemento genético denominado
casette cromosómico estafilocócico en S.
aureus, y se caracteriza por presentar muy baja afinidad por los
antibióticos betalactámicos. Esta propiedad condiciona la resistencia al resto
de los antibióticos betalactámicos, aun cuando se asocien con inhibidores de
betalactamasas, ya que lo que se altera es el sitio diana sobre el que actúan
estos fármacos, situación alarmante y de importancia médica (1,4,14,15,16).
Esto hace que la meticilina ya no sea un agente de elección en el manejo
clínico, ni para evaluar la susceptibilidad de S. aureus.Tradicionalmente, la detección fenotípica de SARM se
realizaba utilizando el método de difusión con disco de OX (oxacilina). A
partir del 2004, el ahora Instituto de Laboratorio de Estándares Clínicos
(CLSI, por sus siglas en inglés: Clinical and LaboratoryStandardsInstitute),
recomienda el uso del disco de FOX (cefoxitin) en lugar del de OX debido a que
este antibiótico es el mejor inductor del gen mecA, lo cual lo hace más
sensible y específicopara monitorear la resistencia a OX para este tipo de
mecanismo de resistencia, por lo tanto, las cepas se deben reportar como
oxacilina o meticilino resistentes y no cefoxitina resistente(14,15,17).
SARM es reportado como uno de los microorganismos más frecuentemente
aislado en las infecciones hospitalarias y en la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI), cuya frecuencia ha aumentado de modo considerable en los últimos años,
complicando la estadía de los pacientes en UCI por la aparición de IAAS, las
cuales aumentan la morbimortalidad y los costos hospitalarios(2).
El primer reporte de SARM fue realizado en Europa, al inicio de los años
sesenta cuando el mismo se aisló de diferentes hospitales por toda Europa,
Australia y Asia. En Estados Unidos, por ejemplo, su prevalencia aumentó de
2,4%, en 1975, a 29%, en 1991. Este incremento se ha producido, no sólo en los grandes
hospitales del tercer nivel, sino también, en las pequeñas poblaciones e
incluso se han reportado SARM adquiridos en la comunidad (12,13).
A finales de los años 90 la prevalencia de infecciones por SARM en UCI en
Norteamérica ascendió a un 50%, al igual que en los hospitales españoles y
europeos en general (10).
En Venezuela, cabe destacar que SARM, desde principios de los años 80
aparece como patógeno de IAAS importante asociado a infecciones de piel y
tejidos blandos, en Unidades de Alto Riesgo como la Neonatal y UCI(10).
Las IAAS siguen siendo un problema relevante en los hospitales a nivel
mundial, y nuestro país no se escapa de esa realidad, debido al ingreso
frecuente de pacientes susceptibles a las infecciones, así como la aparición de
microorganismos altamente resistentes a los agentes antimicrobianos, como es el
caso de SARM y al aumento en la complejidad de las intervenciones quirúrgicas
realizadas. Por ello el estudio de portador nasal de SARM en el personal de
salud puede colaborar con el diseño de programas de prevención y la evaluación
de su impacto en nuestros hospitales.
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