miércoles, 15 de octubre de 2014

EL AGUA COMO POSIBLE FUENTE DE INFECCIÓN DE MICOBACTERIAS NO TUBERCULOSAS


LCDA  LEERLIN GOMEZ


Las micobacterias son agentes que constituyen parte importante de la patología infecciosa humana ya que algunas de ellas causan enfermedades con gran morbilidad y mortalidad a nivel mundial, como la tuberculosis, la lepra y  en la última década las infecciones causadas por micobacterias no tuberculosas, a estas infecciones se les denomina micobacteriosis (Casal y col., 1999).
La incidencia de tuberculosis en los países desarrollados ha ido disminuyendo, mientras que el aislamiento de micobacterias no tuberculosas (MNT) se ha incrementado notablemente debido en gran parte a los nuevos procedimientos diagnósticos (Salicio y col. 2008), la utilización de medios líquidos, la aplicación de técnicas cromatográficas y el desarrollo de tánicas de hibridación de ácidos nucleicos, además de las técnicas de secuenciación para la identificación (Monsetrrat 2005). Todas estas técnicas utilizadas para identificar este tipo de microorganismos se han modificado profundamente en la última década debido a la introducción de medios de cultivos especializados y a la aplicación de la biología molecular (Salicio y col. 2008).
La mayoría de las especies de micobacterias pertenecen al grupo de las denominadas “Micobacterias No Tuberculosas” (MNT); término que fue propuesto por Wolinsky en 1979, para hacer referencia a aquellas micobacterias que no son miembros ni del complejo Micobacterium tuberculosis, ni del complejo Micobacterium. leprae, ya que las mismas no son patógenas obligatorios de humanos y animales. Las MNT también se denominan  “Micobacterias Atípicas” (Runyon y Timpe, 1954); “Micobacterias diferentes a tuberculosis”, “Micobacterias oportunistas” o más recientemente, “Micobacterias ambientales (MA)”, este último nombre debido a su amplia distribución en el ambiente, encontrándose fundamentalmente en el agua y el suelo, los cuales representan sus principales reservorios naturales (Casal y Casal, 2000).

Dentro de las especies patógenas de MNT causantes de infección en humanos tenemos, M avium, M. intracellulare y M. Kansasii. Entre las micobacterias de crecimiento rápido que se aíslan con mayor frecuencia están M. chelonae M. fortuitum (Valdes y col., 2004). 

Las micobacterias y el ambiente

Las MNT son habitantes naturales de una gran variedad de ambientes tanto naturales como modificados por el hombre. Estos microorganismos están ampliamente distribuidos en  cuerpos de aguas naturales (lagos, ríos, lagunas, bahías de agua salada, entre otros) en sistemas de distribución de agua potable y en suelos. Más de 20 especies de MNT, entre las más frecuentes tenemos M. fortuitum, M. peregrinum y M.abscessus (Yamazaki y col. 2006), estos microorganismos han sido descritos en sistemas de distribución de agua potable ya sea formando biopelículas, interactuando con protozoarios de vida libre (mediante una relación de simbiosis, como comensales o  como saprófitas) (Falkinham y col, 2008).

En cuanto a los factores ocasionados por el hombre que fomentan la distribución de MNT en el ambiente, se encuentran el uso de desinfectantes y antibióticos en sistemas de distribución de agua potable. La desinfección del agua potable reduce el número de microorganismos y virus causantes de enfermedades gastrointestinales, inclusive micobacterias sensibles a desinfectantes; pero tiene pocos efectos sobre el número de micobacterias resistentes tanto a desinfectantes como a diferentes antibióticos. De hecho, la desinfección permite la selección de MNT en sistemas de distribución de agua potable, debido a que no hay otros microorganismos que compitan por el carbono disponible en tales sistemas (Falkinham y col, 2008).

Las MNT poseen diversos  mecanismos  que les permiten  sobrevivir en el  ambiente;  entre
ellos se encuentran la formación de biopelículas, los aerosoles y las interacciones con algunos protozoarios (van Ingen y col., 2009).


En cuanto a la transmisión por interacción de MNT con protozoarios de vida libre como amebas y otros presentes en el agua, se ha descrito que dentro de las amebas las MNT son capaces de sobrevivir e inclusive crecer como si se tratase de una endosimbiosis. Esta interacción les permite estar protegidas de cambios hostiles en el ambiente (Cirillo y col., 1997). La asociación con amebas hace que las MNT tengan la capacidad de infectar humanos, ya que el mecanismo necesario para sobrevivir dentro de las amebas puede ser similar a aquellos necesarios para infectar células fagocíticas humanas tales como macrófagos, lo que posiblemente permite el establecimiento y/o desarrollo de enfermedades causadas por las micobacterias en general (Falkinham y col, 2008) .

El agua como fuente de Infección
La importancia del ambiente como una fuente de enfermedades producidas por MNT en humanos y animales ha generado un gran interés por establecer métodos de aislamiento para estos microorganismos a partir de muestras ambientales, en especial del agua ya que es un potencial vehículo de transmisión de MNT (Falkinham, 2010).

Aunque todavía quedan datos por aclarar sobre la patogénesis de la infección y enfermedades producidas por  MNT,  diversos  estudios   sugieren  que  debido   a   que   la
transmisión persona-persona es rara, la fuente para la adquisición de estas patologías es el ambiente ya que los principales reservorios de estos microorganismos son el agua y el suelo (Caminero y col., 2001).

El mecanismo de transmisión de MNT más aceptado según lo menciona Caminero (2001) es el de la aerosolización en la afección respiratoria y su ingestión por vía digestiva en el caso de la linfadenitis en niños y en las formas diseminadas en pacientes con SIDA. En pacientes con infecciones de tejidos blandos se ha descrito la inoculación directa de MNT a partir del agua y otros materiales contaminados con micobacterias del ambiente (Caminero y col., 2001).

Las micobacterias tienen la capacidad de ser transferidas desde el agua al aire debido a la hidrofobicidad de las mismas, en donde las células hidrofóbicas de las micobacterias se adhieren a las burbujas de aire, las cuales al ascender por una columna de agua y alcanzar la superficie se rompen y liberan a las micobacterias presentes en ellas. Este mecanismo de supervivencia debido a la hidrofobicidad de la membrana de la micobacteria, representa una ruta para la adquisición de enfermedades de tipo pulmonar en humanos por MNT (Falkinham y col, 2008).


Diversos estudios han relacionado el agua como fuente de infección, Chan y colaboradores (2007), demostraron  que pacientes con anomalías en la producción de alfa-1-antitripsina adquirieron enfermedades respiratorias por MNT de crecimiento rápido.  Evaluaron el agua de las duchas de estos pacientes y aislaron las mismas especies de micobacterias causantes del cuadro infeccioso.
Nishiuchi y colaboradores (2009), reportaron que los aislados de MNT diagnosticados en dos pacientes con afección respiratoria en Japón correspondían genotipícamente a los mismos aislados que fueron recuperados del agua de las duchas de estos pacientes, en esa ocasión la especie implicada fue M. avium.
Se ha reportado la posibilidad de que MNT pueden colonizar sistemas de agua urbanos donde se ha observado el desarrollo de micobacterias no tuberculosas. La temperatura y humedad del baño podrían proporcionar condiciones favorables para el crecimiento de MNT (Falkinham, 2010).
La importancia del ambiente como una fuente de enfermedades producidas por MNT en humanos y animales ha generado un gran interés por establecer métodos de aislamiento para estos microorganismos a partir de muestras ambientales en especial del agua ya que es un potencial vehículo de transmisión de MNT.

  

Referencias Bibliográficas
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2.                  Chan, E., Kaminska, A., Gill, W., Chumura, K y colaboradores. 2007. Alpha-1-antitrypsin (AAT) anomalies are associated with lung disease due to rapidly growing mycobacteria and AAT inhibits Mycobacterium abscessus infection of macrophages. 39:690-696.
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21.              Yamazaki, Y., Danelishvili, L., Wu, M., MacNab, M., y colaboradores. 2006. Mycobacterium avium genes associated with the ability to form biofilm. Appl. Environ. Microbiol. 72: 819–825.



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